Las cámaras de fotografías de los espectadores de las primeras filas estaban listas para recibir a Marc Anthony con sus disparos. En el área de entrada general no cabía una persona más. Él detrás del escenario tomó un último respiro para salir a enfrentarse a las 10.000 personas que lo esperaban. Llenó sus pulmones de aire y se persignó antes de subir la escalera que lo llevó hasta lo alto del templete. Apareció como un dios bañado de luz blanca e inició un concierto de dos horas con sus éxitos y la banda sonora de «El cantante». No se estuvo quieto ni un segundo ni tampoco sus fans, que no pararon de bailar. El puertorriqueño de la salsa cerró el concierto con un beso de Jennifer López, con quien hace cuatro meses tuvo los gemelos , compartió escenario con Alejandro Sanz, Rosario y Carmona.
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